domingo, 11 de abril de 2010

Shutter Island



ESTRENOS
Shutter Island
Dirección: Martin Scorsese
Año: 2010

Descenso a los infiernos de la locura

El interés del director Martin Scorsese por el cine y su historia es de sobra conocido. El papel que gustosamente ha adoptado de historiador y protector del legado cinematográfico americano así lo atestiguan. Hace poco tuve la oportunidad de ver en el canal TCM un documental sobre la figura de Val Lewton, productor de películas como La mujer pantera o El ladrón de cuerpos, todas ellas de bajo presupuesto y adscritas al género de horror, titulado Val Lewton: The Man in the Shadows (2007) narrado y producido por el propio Scorsese. No es de extrañar, y ya se echaba en falta, que el director neoyorkino se adentrara en estos territorios.

La premisa, Shutter Island, una magnífica y compleja novela de Dennis Lehane, autor también de Mystic River y guionista de algunos capítulos de la serie de HBO The Wire, que se ambienta en los 50, en plena Guerra Fría (se cita la bomba de hidrógeno y la amenaza comunista como psicosis), época de experimentación psiquiátrica hacia métodos más moderados, consecuencia de la multitud de traumas ocasionados por la Segunda Guerra Mundial. Y menciono esto porque la acción se desarrolla en un apartado hospital psiquiátrico, localizado en una isla cerca de Boston dada la peligrosidad de sus pacientes, casi todos asesinos. Hasta allí se desplazan dos policías (Leonardo DiCaprio y Mark Ruffalo) para resolver un caso de desaparición. El de Rachel Solando, una filicida internada en el centro.

Y hasta aquí voy a contar del argumento para no desvelar más de lo necesario de este, para mí, apasionante relato que mezcla sueños, o más bien pesadillas, flashbacks y realidades que no lo son tanto. Y para ello nada mejor que un buen narrador, Martin Scorsese, que dirige con pulso e imaginación esta intrincada historia como el gran creador de imágenes que es.

Con el cine de serie B como referente y también el de Alfred Hitchcock (la textura y los colores de la imagen, obra del operador Robert Richardson, y la escalera del faro que aguarda arriba la verdad nos recuerda tanto a la de Vértigo) construye una película singular acompañado de su equipo habitual y la complicidad de ese gran actor, cada día mejor, Leonardo DiCaprio, que aquí compone un personaje intenso y complejo que soporta sobre sus hombros el peso de toda la película. Eso sí, muy bien acompañado de secundarios de lujo como Ben Kingsley, Max Von Sydow o Patricia Clarkson.

Hacia la mitad del metraje el director pone parte de sus cartas al descubierto. Porque no le interesa tanto mantener el suspense como ir navegando por los distintos géneros que este material le permite hacia un memorable clímax final. Así Scorsese se sirve tanto del policíaco como de los films de terror más góticos para llegar al melodrama, la tragedia en el sentido griego del término.

Por ponerle un pero, una única secuencia que muestra una matanza de nazis en travelling se me antoja excesiva y fuera de lugar. Darle belleza estilística a un acto de barbarie sin ningún tipo de justificación alguna más allá de simular una metralleta con la cámara, no me parece razón de peso para contar así esta escena. Y más cuando el tono de la película no parodía o ironiza sobre la violencia; pero Richardson venía de rodar con Quentin Tarantino Malditos bastardos y todavía no había cambiado el chip. Eso debió ser.

Destacar, por último, una banda sonora que reúne temas de John Adams, Nam June Paik, Brian Eno y Max Richter entre otros. Curiosa y arriesgada selección musical que funciona sorprendentemente bien con las imágenes y que genera mayor inquietud si cabe. En los títulos de crédito finales podemos escuchar la increíble voz de Dinah Washington acompañada de la sobrecogedora música de Richter. Todo un lujo.

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