sábado, 24 de abril de 2010

Fish Tank



ESTRENOS
Fish Tank
Dirección: Andrea Arnold
Año: 2009



Difícil adolescencia

Una de las sorpresas de la pasada temporada, Fish Tank de la directora inglesa Andrea Arnold, todavía sigue inédita en nuestro país. Sorpresa relativa, porque esta realizadora ya apuntaba maneras en su primer largo Red Road, que sucede también en el paisaje urbano donde ella suele ambientar sus historias no exentas de cierto aire de desolación. Si allí era la ciudad de Glasgow, aquí es Essex y los suburbios.

La protagonista es una adolescente conflictiva, Mia (Katie Jarvis) en constante guerra con el mundo que la rodea: el colegio, sus amigos y su madre. Esta última está más preocupada en la busca y captura de un novio que en atender a la educación de Mia y su hermana pequeña. Un hogar monoparental y en este caso desestructurado. Así la joven campa a sus anchas hasta el día que los servicios sociales la lleven a un Centro con el consentimiento de su tutora legal. Pero la muchacha tiene sueños: será bailarina de hip hop famosa y saldrá en la tele. Esos valores triviales que los adultos estamos metiendo en la cabeza de los pequeños y que los convierten en juguetes rotos antes de salir de fábrica.

Sin guía ni afecto la protagonista elabora su propio código de conducta con el que manejarse en esta existencia sin rumbo. Pero un día la díscola progenitora introduce en sus vidas a Connor (Michael Fassbender) alguien que se interesa por sus deseos, inquietudes y necesidades y trastoca su pequeña existencia. La adolescente se enamora sin poder remediarlo del novio de su madre, probablemente la única persona que la ha escuchado en toda su vida y que parece creer en sus capacidades. Pero en ese difícil periodo que es la adolescencia, en ese tránsito que esta a punto de ocurrir, su atracción por esta figura paterna es inevitable y hasta consecuente.

Es muy meritoria la dirección de Arnold, la forma en que retrata a la figura masculina bajo la mirada de una adolescente en pleno despertar sexual. La fascinación que produce un adulto afectuoso para alguien desatendido que en realidad todavía es una niña, aunque con hormonas ya en plena revolución. Connor es para Mia una tabla de salvamento entre tanta apatía y desarraigo.

Todo en la película está retratado de forma creíble y honesta. Libre de ornamentos y florituras innecesarias. Y a ello contribuye, sin duda, una pareja protagonista a la altura de las circunstancias: Katie Jarvis, joven prodigiosa capaz de ofrecernos matices y permitir que entendamos a su personaje incluso cuando sus actos la contradicen, y, sobre todo, Michael Fassbender como el objeto del deseo. Por una vez, los papeles se invierten y Lolita desea al profesor Humbert. Claro que el escenario y los hechos son algo distintos.

Estimable cinta no exenta de denuncia social sin adoctrinamientos ni moralismos, con un final entre amargo y esperanzador, porque así son las cosas en este que llamamos primer mundo y que, a veces, no lo es tanto.

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